Cuando mi amiga Mari Carmen, bibliotecaria de Cartagena, me pidió que fuera al Colegio Stella Maris, según ella un colegio muy, muy especial, no podía ni imaginarme lo que encontraría allí.
Nada más entrar, la profesora María Victoria, rodeada de niños con camisetas ilustradas con portadas de mis libros, me informó de que ellos serían mis guías en la visita. Comenzó entonces un gozoso recorrido por un colegio que, para mi asombro, y gracias al trabajo y la imaginación de profesores y alumnos, se había convertido en un maravilloso decorado donde los personajes de mis historias parecían cobrar vida.

Luego, en la biblioteca, tuve una serie de encuentros con los niños. Cuánta alegría y cuánto cariño pude ver en sus caras durante una mañana que se me hizo cortísima. Después no paré de admirar todo lo que el esfuerzo de unos profesionales había hecho posible: la colaboración entusiasta de los alumnos en la gestión de la biblioteca, el Hospital de Libros, el precioso vídeo con las increíbles ilustraciones de “Blas y Lúa” realizadas por los alumnos de Infantil, la lectura colectiva de ”Aventuras de Picofino” en la que mi marido y yo tuvimos la satisfacción de colaborar…
Gracias, queridos alumnos, profesores, padres y personal no docente del Colegio Stella Maris, nunca podré olvidar la afectuosísima acogida que nos disteis a mi marido y a mí. Gracias, muchas gracias.