Hola a todos, mis queridos lectores. Me alegro muchísimo de estar de nuevo con vosotros.
Para comenzar, os deseo un estupendo curso 2013-14. Espero que sea alegre y provechoso, que disfrutéis con vuestros profesores y compañeros y que aprendáis mucho, estudiando y leyendo. En cuanto a mí, espero visitaros en vuestros centros para hablar de historias y personajes. Los que me conocéis sabéis cómo me gusta encontrarme con “mis niños” y con sus maestros, a los que considero mis amigos; pero eso será un poco más tarde, cuando el curso esté algo más avanzado y hayáis tenido tiempo de leer despacio y tranquilamente.
Mientras llega ese momento voy a hablaros de un libro nuevo, del que ya os indiqué algo el año pasado, cuando sólo era un proyecto: “El último gol”. Está ya terminado y en la editorial. Saldrá en primavera, y tengo la esperanza y la ilusión de que os guste tanto leerlo como a mí me ha gustado escribirlo.
Sí, es una historia que trata de fútbol, del final de un campeonato; pero también de muchas otras cosas.
¿Os acordáis de Hugo?…Estoy deseando que lo conozcáis, y a Clara, con su coleta rojiza agitándose al aire, y a Mario y a JM… Mientras los creaba, los sentía tan cercanos, tan verdaderos.
Y el caso es que nunca pensé en escribir un libro sobre fútbol. De verdad, ¡nunca!…pero uno de mis nietos, que “por casualidad también se llama Hugo”, me enseñó que en un equipo, además de afición y ganas, hay, o debe haber, unión, respeto al contrario y también generosidad.
¡Generosidad!, sí, hay mucho de eso en “El último gol”, precisamente por eso me decidí a escribirlo. Precisamente por eso creo, y espero, que guste tanto a los chicos como a las chicas, a los mayores como a los pequeños.
En fin, en primavera lo sabremos.
Pero no será el único libro que vea la luz en el próximo año. Además, mi hijo Rafael Salmerón y yo nos hemos atrevido a meternos a medias en el mundo de los cuentos clásicos, sólo que de manera diferente a como suele hacerse.
Sin embargo, en este caso no quiero daros pistas, porque nuestra intención es la de sorprenderos. A pesar de eso, os dejo una pregunta: ¿las cosas han de ser siempre como fueron?… Leer es un poco como volar, pero ¿es necesario que lo hagamos con las alas de otros?…¿no podemos fabricarnos nuestras propias alas?…
En fin, os daré más datos en primavera, cuando el libro esté a punto de salir.
Y en estos momentos ¿qué hago? Pues estamos enfrascadas, mi hija María y yo, en dos historias de misterio. Esperamos que, si a nuestros lectores les gustan, sean los primeros de una nueva colección.
Sus protagonistas son dos hermanos mellizos, Pablo y Lucía, curiosos, aventureros y amantes de la naturaleza, que un día descubren que ambos tienen un extraño e inquietante don.
La primera historia se desarrolla en un pueblo abandonado en el que los mellizos acampan con su padre. En el lugar no parece haber nadie; sin embargo descubren una casa perfectamente conservada… ¿Y sus habitantes?, en apariencia no existen…
En la segunda historia, un fin de semana en la finca de unos amigos se convierte en la apasionada búsqueda de un antiguo y misterioso secreto.
Y todavía un poquito más, esta vez para los más pequeños: mi hijo Rafael y yo estamos dando vueltas a un proyecto en el que los libros traten a la solidaridad y a la justicia como una fuente de alegría. Queremos hacerlo de una manera sencilla y clara.
Nos preguntamos qué motivos hay para que a los niños, desde los primeros momentos de su vida, no se les enseñe a ser justos y solidarios y sí se les muestren todas las armas para ser competitivos… ¿Se trata de triunfos? Pero ¿cómo se puede triunfar en un mundo en el que tantos sufren? ¿Triunfar no es cambiar lágrimas por sonrisas?
En fin, se trata de proyectos, de poner un granito de arena allí donde nos sea posible.
Pero esto no es todo, además, reflexiono y estudio para seguir con este oficio mío, que hasta ahora me ha hecho tan feliz.
Hasta pronto, y de nuevo buen 2013-14.